Rust Cohle y su indefinible personalidad

Hace más o menos un mes, mientras discutía con un amigo qué serie de televisión era mejor y por qué, me encontré defendiendo a True Detective y su asombroso detective Rust Cohle en vez de a The Walking Dead y su valiente “sheriff” Rick Grimes. Tengo que confesar que hasta ahora solo he visto tres episodios, pero la caracterización del detective me dejó impresionado. La serie, creada por Nic Pizzolatto y protagonizada por Matthew McConaughey y Woody Harrelson, presenta a los dos detectives mientras responden preguntas frente a una cámara para una investigación. Marty Hart (Harrelson), un tipo limpio, vestido de traje y corbata y bastante bien educado, empieza hablando sobre Rust Cohle (McConaughey) y su difícil convivencia como compañeros. Cuando Cohle se mudó para Louisiana, según Hart, era un hombre extraño, esquelético e irritable. En seguida aparece Cohle en otra habitación: un tipo de pelo largo despeinado, arrugas, con una personalidad complicada y poco afecto por las reglas.

Antes de empezar debo aclarar que no escribo esto para argumentar la superioridad de uno u otro personaje, sino apreciar los aspectos de Cohle que más me llaman la atención. Después de las entrevistas aparecen ellos dos investigando un caso un tiempo atrás. Cohle, peinado, pelo corto, y de traje y corbata, deja un aire misterioso que nos hace preguntarnos cómo llego de ahí a lo que es ahora. A medida que pasa el tiempo su personalidad se desarrolla de una manera increíble. Un tipo con mucha tristeza y varias convicciones existencialistas que al no ser muy amable no genera muchas amistades. Su vida sexual parece estancada y no por falta de capacidad de relacionarse socialmente sino por falta de interés. Sus miradas y acciones lo muestran como un introvertido, pero no tímido, con valores muy firmes y  una capacidad analítica y observadora nunca antes vista.

Sus observaciones sobre la condición humana son extremadamente filosóficas y sin esperanza alguna. En una de las escenas que más me impactó, Cohle dice en frente a la cámara que toda la vida, las emociones, miedos, amor, odio, que todo es lo mismo: elementos de un sueño, el de ser una persona. Se nota que una tragedia en su pasado lo cambió para siempre, se volvió drogadicto, se recuperó, sufre de insomnio y reflexiona sobre todos los aspectos de la vida. Aunque es una persona a la que le es difícil socializar, Cohle no es un arrogante que no consigue identificar sus problemas. Muy por el contrario, él reconoce que puede ser difícil convivir con él y que a las personas no les hace bien tenerlo cerca. En otra ocasión Cohle explica que la consciencia es un error en la evolución humana, que nuestra capacidad de pensar nos hace creer que somos importantes y tenemos un propósito en este mundo. Termina su reflexión diciendo que el mejor camino para el ser humano sería parar de reproducirse y extinguirse.

Hasta ahora traté brevemente de describir los aspectos más importantes de este personaje tan complejo, pero aún no he explicado por qué me parece tan magnífico. En primer lugar, me impresiona la complejidad de su personalidad y cómo esta es transmitida en el programa. Cohle es uno de esos personajes que se encuentran muy de vez en cuando en las series, uno de esos que se pueden analizar infinitamente de diferentes maneras. En segundo lugar, quería reconocer a los escritores del guión por su extraordinario trabajo al crear, de la nada misma, uno de los personajes más complicados y fenomenales que vi en mi vida. Los diálogos son impecables en todo sentido, y los sutiles comentarios le dan al espectador información que se puede perder si uno no está atento. Y los dejo, para que piensen ustedes, con esta frase que le dirige Cohle a Hart en el tercer capítulo: “La gente incapaz de sentir culpa normalmente la pasa bien.”