Ingratitud educada

No es reciente la moda de criticar a este colegio y decir que es mucho mejor tal colegio o tal otro. Siempre está el que critica la cantidad de trabajo, o el que se queja de los profesores, o el que dice que es demasiado estricto, y hasta el que dice que hay mucho drama.

Empecemos por aceptar que ninguna institución es perfecta. Sí, el Graded tiene algunas aspectos ridículos, como por ejemplo el hecho de que no hacemos absolutamente nada por tres meses y en el último mes del semestre es necesario sacrificar noches de sueño y salidas en los fines de semana para poder terminar todos los trabajos. Tampoco me agrada que dependiendo de qué profesor te toque, aunque para la misma materia, tu año se puede volver considerablemente más difícil y el promedio de tus notas más bajo. Tampoco apoyo la exagerada enfatización de las posibles consecuencias de faltas y atrasos que al final nunca llegan a nada. Sin embargo, no me ven llorando y quejándome todo el día sobre cómo odio a este colegio. Y,  ¿por qué?

La respuesta es fácil. Al mismo tiempo que reconozco las debilidades del Graded, también estoy consciente de todas sus ventajas. Los que se quejan y no logran ver las oportunidades que este colegio les brinda son nada más que unos mal criados. Tengo amigos de todos lados del mundo que estudian en colegios completamente diferentes y que ya estudiaron en el Graded. La opinión común entre ellos es que es una institución espectacular. Uno tiene que usar camisa y corbata en clase y no puede salir de su cuarto por la noche. Otro dice que la segregación social en su colegio es insoportable, y que todo gira alrededor de una insaciable búsqueda por el mayor status social.  Otro me cuenta que en su colegio los directores hacen pruebas de sangre para detectar el uso de drogas, pueden revisar tus cosas personales, y hasta revisar tu celular cuando les dé la gana.

Yo, por otro lado, comparo al Graded con el colegio donde estudié en Argentina y donde siguen estudiando mis amigos de infancia. Ellos no saben lo que es poder ir al colegio sin uniforme. No saben lo que es poder elegir tus clases. No saben cómo se siente uno al poder crear su propio currículo, inclinado hacia su intereses. No saben lo que es tener a su disposición clases de idiomas diferentes, ni la posibilidad de aprender prácticamente cualquier instrumento. Tampoco saben lo que es poder elegir entre tres diplomas y probablemente ni siquiera saben lo que es el IB.

Sí, el Graded tiene sus fallas, al igual que todos los colegios, pero sus ventajas son demasiadas como para no reconocerlas. Tenemos que parar de lamentar lo que no tenemos a nuestra disposición y aprovechar lo que sí tenemos, que en esta ocasión es bastante. No se puede querer todo y tomar por sentado todo lo que tenemos. No digo que soy un ser perfecto y que nunca me quejo, nada más digo que tenemos que ser más consientes sobre nuestras reclamaciones y darnos cuenta de que nuestro colegio no es el problema. Somos demasiado bien educados como para no percibir que tenemos todo lo que necesitamos y más.