La felicidad (y el miedo) de volver

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Credit: Creative Commons

Ser parte de la comunidad Graded ya nos ha marcado un camino por delante, causado no solo por su calidad educativa sino por la estructura social en la que vivimos: atender la universidad. Obviamente no solo por ser de este colegio tenemos la entrada asegurada, pero las bases fundamentales están para que con nuestro esfuerzo y dedicación logremos los objetivos que nos ponemos por delante. Por años, el sistema educativo americano, especialmente el internacional, nos presenta con opciones para nuestro futuro, dejándonos a mano miles de oportunidades y recursos para poder elegir (y entrar en) la institución educativa de nuestros sueños. La mayoría de las veces estas se encuentran en los Estados Unidos y Europa, muchas veces en países que algunos nunca han podido llamar casa. Claro, es más que lógico: un colegio americano, con curriculum en inglés, no solo promueve estas universidades, sino que muchos padres y estudiantes esperan que lo haga. No hay crítica sobre eso.

Siempre el Norte está visto, y es, la tierra de la oportunidad, donde uno puede desarrollarse en lo que uno ama, y nunca va a estar amarrado a una condición económica. social y política que fija parámetros constantes, como lo es en nuestros hogares, en Latinoamérica. Irse a estudiar lejos puede ser visto como la salida de nuestro pobre continente, que con toda honestidad nos da muchas razones para marcharnos. Igual, a veces subestimamos nuestro hogar, hasta el punto que no se averigua las ofertas que existen. Ese es el caso para muchos hoy en día, que con la mezcla de colegio americano y mala percepción de Latinoamérica, no ha incluido a su país de origen como opción para cursar la facultad, sin saber las tremendas oportunidades que nos ofrecen.

Varios países tienen universidadexs reconocidas por el mundo, que sin duda son opciones de mucho prestigio. En México: el Tecnológico de Monterrey, la Autónoma Nacional (UNAM), el Instituto Politécnico; en Chile: la Pontificia (rankeada número uno del continente), la Universidad de Chile, la Concepción; en el Perú: la Pontificia y la Pacífico; en Colombia: la Andes y la Javeriana; y en la Argentina la histórica UBA, la UCA y la Austral. Aclaro, esta lista no solo está limitada a los países mencionados ni a las mismas universidades mencionadas; justamente mi limitación de conocimiento es una demostración perfecta del nivel de desconocimiento que puede existir, ya que existen muchísimas más facultades excelentes.

Cientos de empresarios, políticos y Premios Nobeles se formaron en nuestros países, rompiendo con la noción de que para llegar a algo o ser alguien en esta vida única necesitamos irnos lejos.

Además, los beneficios de volver no son sólo académicos, sino que pueden ser buenos para la vida. Contrario a la cultura americana, el estudiante universitario latino no se va lejos de la casa y de la familia, sino que se rodea de la familia y amigos de toda la vida, que es un reflejo fuerte de nuestras estructuras familiares personales. Por lo tanto, volver significa también incorporar a la familia dentro de la vida de uno. En vez de verlos una o dos veces al año, perdiendo momentos y años, uno puede vivir momentos de vuelta; almorzar con los abuelos, salir con los primos, y nada como un asado cumpleañero donde todos se juntan. O ver día a día esos amigos de la infancia que eran un reencuentro, feliz claro, una vez al año. Volver es también volver a ser uno mismo, donde se puede vivir en un ambiente donde vos y tu manera de vivir encajen, y no tengas que estar alternándose uno para salir adelante dia a dia.

Pero claro, la decisión de volver no es fácil; por el contrario, muchas veces es la más difícil. La realidad es que hoy en dia estamos envueltos en un sistema que no promueve estudiar en Latinoamérica. No solo el colegio es americano y se estudian casi todas las materias en inglés, sino que no entra dentro del modelo estudiantil estudiar fuera de países del Norte. No solo es un mensaje y una misión del colegio, sino que es parte del día a día. Primero, por las particularidades de los sistemas latinoamericanos, la mayoría de la investigación, contacto y aplicación a las universidades es un trabajo que se lleva a cabo solo, con poco o nada de acompañamiento escolar. Esto puede ser un poco abrumador al principio, pero con el tiempo y haciendo contactos con los departamentos de admisión, que son más que amigables, el proceso se convierte en mucho más fácil, agregando el hecho de que siempre busca estudiantes con experiencia internacional. Sin embargo, lo más complicado es la presión social que existe, y los tantos prejuicios que existen a raíz de la ignorancia. En mi caso, muchas veces hubo reacciones de sorpresa, y no de las buenas, al contarle a alguien que me iba a Argentina a estudiar. Comentarios detrás de mi espalda, comentarios sutiles e indirectos de menosprecio, y una noción de muchos que uno va allá porque es “fácil” me han causado que por momentos me sienta la excepción a la regla, y no el tipo que va a Harvard, sino el que no le da para tener una buena carrera universitaria.

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Igualmente, fuera de lo que diga la gente o este artículo, el que elige al final del día sos vos. Lo importante es estar al tanto de que hay un mundo fuera del que nos muestran día a día, y que es solo sentarse una hora un fin de semana con los padres de uno para entender más de lo que nuestros países nos ofrecen. También, es entender que la gente siempre va a criticar la decisión de uno, y que la presión social no puede influenciar lo que puede terminar siendo la decisión tan linda de volver al hogar de uno. Igualmente, cabe destacar de que hay cero obligación de volver, e irse al extranjero no lo hace a uno menos de su país o un error. Eso sí, nunca, pero nunca, tengas miedo de volver, ya que la puerta del hogar nunca cierra.